4 de mayo de 2017

Análisis del Torneo de "el Palmar", por Franjo, ganador del Torneo

Por petición popular Franjo ha tenido el detallazo de hacernos un análisis del Torneo del "El Palmar", donde resulto ganador con sus Normandos.



Análisis del Torneo SAGA Club Strategos, El Palmar (Murcia) 12/03/2017

Antes que nada, quiero dar la enhorabuena a Ángel de Strategos y al resto de la organización del torneo, pues nos trataron de lujo, y destacar también el buen ambiente que se respiró durante el mismo. Mis tres contrincantes demostraron fair play, buen rollo y bastante paciencia con mis novatadas (he jugado muy poquito a SAGA) así que disfruté mucho jugando.

Esta es la lista que utilicé:

NORMANDOS 6 pts.

1 x Guillermo el Bastardo
1 x 4 Guardias (montados)
1 x 4 Guardias (montados o desmontados)
1 x 4 Guardias (montados o desmontados)
1 x 8 Guerreros con ballesta
1 x 12 Levas con arco

Me salió una banda pequeña, tanto en número de unidades desplegadas (4 más el warlord) como en efectivos (33 miniaturas). O sea, que si le vienen mal dadas la banda tiene poco aguante, y lo fía todo a habilidades de disparo para tiradores a pie y a habilidades ofensivas para tropas montadas. Las habilidades de la hoja de combate normanda no son nada baratas, así que tras darle muchas vueltas, y teniendo en cuenta las minis pintadas y listas que tenía disponibles, decidí jugar con el héroe Guillermo el Bastardo.


Guillermo genera 3 dados SAGA, permite equipar a cualquier unidad a pie de guerreros o guardias con arcos (habilidad que no utilicé, pues prefiero las ballestas por su capacidad perforante) y puede activar dos unidades en S para mover (sin trabarse en combate) o para disparar con la regla Obedecemos. Por ésta última razón lo desplegué pegado a sus tiradores, para maximizar sus activaciones adicionales para el disparo. La hoja de combate normanda permite también una activación gratuita y sin generar fatiga de todas las tropas que puedan disparar con la habilidad “Tormenta de flechas”, bastante cara pero muy efectiva sobre todo si sumamos la habilidad de Guillermo. Utilizando a Guillermo, Tormenta de flechas y otras activaciones estándar se pueden tirar muchos dados de disparo antes de que tus propias tropas estén comprometidas en combate cuerpo a cuerpo.

Los guardias van montados en dos unidades de 6 caballeros para cargar, si es posible, sobre unidades previamente castigadas por los disparos. Las unidades a pie de combate cuerpo a cuerpo normandas (exceptuando al warlord con el Dex Aie, las habilidad más cara de la tabla y que nunca he utilizado hasta el momento) no tienen ni una sola habilidad ofensiva ni defensiva en su hoja de combate; ni tampoco existe ninguna habilidad que permita recuperar fatigas, a ninguna unidad. Los normandos, por tanto, se lo juegan todo a disparos + cargas montadas que más vale que se realicen contra unidades debilitadas y que acaben machacadas tras la carga, o si no los caballeros se quedarán en una situación muy comprometida. Así que ese era el objetivo, intentar optimizar habilidades de la tabla y de Guillermo con lo que tenía en la mesa. Por cierto, los escenarios no los conocíamos antes del día del torneo.




1ª Batalla vs Moros de Manuel. Terreno sagrado.

MOROS

1 x Warlord normal
1 x 6 Guardias montados con jabalinas (armadura 4/4)
1 x 6 Guardias montados con jabalinas (armadura 4/4)
1 x 8 Guerreros a pie
1 x 8 Guerreros a pie
1 x 12 Levas con ballestas


NORMANDOS

1 x Guillermo el Bastardo
1 x 6 Guardias montados (arm. 5/4)
1 x 6 Guardias a pie (arm. 5/5)
1 x 8 Guerreros con ballestas (arm. 3/3)
1 x 12 Levas con arcos

Los terrenos eran, de flanco izquierdo al derecho: un sembrado circundado por un seto, una colina suave de tamaño grande y un bosque.


El terreno abrupto no le gusta a los caballos (ni a los normandos en general), así que tuve que desplegar desmontada una unidad de 6 caballeros (guardias) para poder ocupar el bosque del flanco derecho. Llegué primero al bosque tirando de fatiga, pero lo acabé perdiendo contra las certeras jabalinas de la guardia mora. No obstante, mis guardias aguantaron lo suficiente como para puntuar durante bastantes turnos.

En el terreno del centro, una colina suave, se produjo una lucha encarnizada entre mi unidad de caballeros montados, una unidad de guardias a caballo mora, su warlord y las levas moras con ballesta, quienes provocaron a mis caballeros cristianos llamándoles comedores de torreznos y otras sutilezas. Mis caballeros cargaron y murieron gloriosamente al grito de “Deus vult!”, aunque antes de palmarla se llevaron por delante una buena cantidad de enemigos, de tal modo que el moro, a posteriori, no se pudo llevar muchos puntos de la posesión de la colina. La presencia de sus tropas allí también estuvo condicionada por la amenaza de mis arqueros, ya que la habilidad de tiro largo a 2xL “Disparo masivo” mantuvo a las levas enemigas detrás de la colina, fuera de la línea de visión y sin pisar el terreno, y terminó ocupando la colina solo con su warlord.


El sembrado acotado por setos del flanco izquierdo lo ganó Guillermo acompañado por los ballesteros y las levas con arco contra dos unidades de lanceros a pie enemigos, los cuales fueron asaeteados sin piedad (el -1 de las ballestas a la armadura enemiga fue determinante). Guillermo, los ballesteros y algunas levas estuvieron ocupando el sembrado durante casi toda la batalla, lo cual me proporcionó la mayor parte de mis puntos.

Victoria normanda.



2ª Batalla vs Vikingos de Jorge. Dios reconocerá a los suyos.

No recuerdo bien la lista de Jorge, pero creo que llevaba un warlord normal, 3 puntos de guardias, 2 de guerreros y uno de levas con arcos. Yo llevaba a Guillermo, las dos unidades de 6 caballeros montados, los ballesteros y las levas con arcos.

Las condiciones de victoria del escenario me hicieron torcer el gesto: las bajas causadas por disparos no puntúan, lo cual me dejaba media banda casi inútil y otro tanto a la habilidad de Guillermo de activación de dos unidades para el disparo. Así que básicamente tenía que tirar de los caballeros para poder puntuar.


La batalla estuvo muy marcada por las dos reglas de escenario: que las bajas por disparos no contaban, como ya he mencionado, y la regla de bandas inagotables. Fue una melé a lo bestia, con los vikingos y caballeros normandos dándose cera mutuamente, muriendo y volviendo a la mesa al siguiente turno. Mis caballeros tenían la ventaja de poder cargar desde el primer turno de reentrada, gracias a la mayor movilidad de la caballería y a la habilidad de Galope normanda (que añade S a la distancia de movimiento), mientras que Jorge, si le fallaban los dados, se quedaba algún turno sin que los refuerzos contactaran a los míos. Logré cierta ventaja táctica al matar al Warlord vikingo, ya que desde entonces dispondría de menos dados SAGA, pero Jorge lo compensó muy bien usando las bajas para crear una unidad grande de guardias (de 9 o 10 tipos) que empezó pronto a picar carne normanda.

Las bajas iban muy parejas y se acababa el tiempo, así que pensé en no enfrentarme más a la picadora vikinga, que podía provocarme más bajas de las que yo le causara, y reuní a mis caballeros restantes para cargar a dos unidades pequeñas de guerreros enemigos que se habían quedado en su retaguardia. Con ello no sólo conseguiría sumar más bajas, sino también esquivar a los Huscarls y dejarle con muy pocos dados para su siguiente turno si conseguía eliminar esas unidades. Pero la idea me llegó demasiado tarde, pues el árbitro nos indicó el fin del tiempo y no hubo más turnos.


Empate con más de 30 bajas causadas por cada bando, con una ligera ventaja por mi parte (2 bajas creo recordar), insuficiente para ganar la batalla. Pero esos puntos contaban para desempates, así que no vino mal el pedazo de Ragnarok que nos marcamos Jorge y yo.




3ª batalla vs Vikingos de Pepe (Mandalaky). La furia de los señores de la guerra.


VIKINGOS

1 x Warlord normal
1 x 8 guerreros
1 x 8 guerreros
1 x 4 guardias
1 x 8 guardias
1 x 12 levas con arco


NORMANDOS

1 x Guillermo
1 x 6 caballeros montados
1 x 6 caballeros montados
1 x 8 ballesteros
1 x 12 levas con arco


Cuarenta y un vikingos contra treinta y tres normandos. Los héroes cuestan caro.

El poco terreno que hubo en la mesa no tuvo influencia en la batalla. Esta vez pude desplegar mi banda como quería: los ballesteros y arqueros delante de la caballería, que quedaba en reserva. Guillermo se situó en el centro a la altura de los caballeros y a distancia de mando de los tiradores. La idea era esperar la carga vikinga y hacerles todas las bajas posibles al disparo antes de contraatacar con mi caballería. Como ya he comentado, las habilidades normandas no son baratas, así que es muy difícil dedicar habilidades para potenciar el disparo y, al mismo tiempo, las cargas montadas. Lo normal es que se pueda hacer una cosa o la otra, casi nunca ambas. Por tanto, la estrategia normanda óptima, si el escenario, el terreno y el enemigo lo permiten (demasiadas variables, lo sé) es ablandar a disparos y, después, cargar.


Al warlord vikingo la capa bermeja de Guillermo le tuvo que parecer como un capote a un miura, pues no se lo pensó demasiado y, tirando de fatiga y habilidades, lanzó a su unidad grande de 8 guardias a la carga. Con la experiencia de la partida anterior, supe que era clave detener a esos tipos o podían hacer mucho daño si llegaban al contacto de mi infantería. Por ello, en mi turno concentré los disparos contra ellos, haciendo algunas bajas; y Guillermo, en vez de ordenar una nueva salva, se giró hacia una unidad de sus caballeros y ordenó que cargasen a su lado. Envalentonados por la presencia de su señor (que solía quedarse atrás, apalancado con la plebe), los caballeros cargaron con furia y dieron billete directo al Valhalla a sus primos bárbaros.

El señor vikingo no se amilanó y, viendo cómo Guillermo había salido de la protección de su infantería, lanzó a sus guerreros para darle caza. El conde normando, rodeado de nórdicos vociferantes, casi la espicha si no hubiera sido por el sacrificio de alguno de sus fieles. Las líneas normandas ya estaban desorganizadas después de un par de turnos y a partir de ahí la batalla estuvo en tensión constante, con los vikingos intentando llegar a Guillermo (cosa que consiguieron al menos en tres ocasiones y que no lograron por poco) y el normando exprimiendo recursos para evitarlo.


La ventaja normanda antes las sucesivas cargas vikingas es que sus tropas se podían apoyar con facilidad, pues la lucha se producía cerca de sus posiciones iniciales. Así, aunque sin poder recurrir a las tácticas de concentración de disparos o de cargas montadas, los tiradores siempre lograban cobrarse alguna baja que favorecía la supervivencia de los caballeros y de Guillermo y compensaba la inferioridad numérica en el cuerpo a cuerpo. Los vikingos, en cambio, atacaron el oleadas sucesivas y quizás me habrían puesto en mayores problemas si hubiera avanzado toda la línea antes de lanzar las cargas.

La batalla llegaba al final y por número de bajas causadas los normandos estaban acariciando la victoria. Pepe se lo jugó todo con su warlord y los guerreros que le quedaban, abriéndose paso cual berserkers hacia Guillermo, que se había refugiado detrás de sus ballesteros.


Al cabo, mientras la batalla languidecía en el resto del campo, sólo un puñado de ballesteros se interponían entre el Jarl Mandalakynsson y Guillermo y su hermanastro el obispo Odón. El jefe vikingo iba cubierto de pies a cabeza de sangre propia y ajena y gruñía como un animal mientras avanzaba, hacha en mano, ante los soldados normandos, que de puro tembleque no atinaban a recargar sus ballestas. Guillermo, perdida la espada en algún momento de la batalla, echó mano a una garrota que encontró en el suelo, pero Odón lo retuvo mientras se aferraba al crucifijo que le colgaba del cuello. “Mon dieu, c’est un diable!”


Mandalakynsson lanzó un grito terrible en su idioma (alguno de los normandos más veteranos creyó entender algo así como “Heimdal, cabrón, abre la puerta”) y se lanzó sobre los ballesteros. Dos virotes le perforaron el pecho y por un momento pareció que iba a caer, pero su brazo no flaqueó y descargó el hacha sobre cráneos y pechos, matando y mutilando antes de que, agotado ya, le acuchillaron hasta que dejó de moverse. Odón, que no había dejado de rezar avemarías, se arrodilló y dio gracias al cielo, mientras que Guillermo, después de mirar a su enemigo durante un buen rato, decidió quedarse con la garrota, que ya no le abandonaría hasta el final de sus días.

By Franjo.



8 comentarios:

  1. ¡Enhorabuena por la victoria y muchas gracias por compartir el informe!

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  2. Brutal el informe.
    Me ha encantado. Muy ameno, claro y divertido.
    Mi enhorabuena por el resultado final con esos normando que tan dificiles me parecen de llevar.
    Haces que parezca facil. No se si tuviste mucha suerte con los dados de saga. En el poco probable caso de que hubieses tenido suerte en las tres partidas, aun asi el resultado es muy bueno.
    Por estos Lares jugamos sin personajes y ciertamente con Guillermo el poder ofensivo disparando es brutal.
    Lo gracioso del tema es que las victorias te las dieron los guardias. Ya fuera por ecenarios o rivales.
    Estas cosas son las que hacen grandes a este juego, siempre hay que adaptarse a una circunstancia inesperada.

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    1. Muchas gracias por tus amables comentarios. Es cierto que los caballeros normandos, la guardia, tuvieron un papel muy importante en las tres partidas, pero sin el apoyo certero (nunca mejor dicho) de los tiradores liderados por Guillermo, difícilmente podría haber obtenido la victoria en la primera (donde su papel fue decisivo) y en la tercera batallas. Un saludo!

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    2. Franjo, felicidades por el tercer puesto en Málaga

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    3. ¡Gracias! Felicidades a Quino, que ha vuelto a arrasar. Pero sobre todo felicidades a la organización y a todos los participantes por el ambientazo y el buen rollo.

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